En este segundo reto viajamos miles de años atrás para descubrir cómo se comunicaban las personas en la Prehistoria. A través de las pinturas rupestres, el alumnado se convierte en explorador, arqueólogo y artista a la vez.
Para ello, transformamos el pasillo de Infantil en una auténtica cueva prehistórica: la Cueva de Loreto. La aventura comienza con un mensaje de Hipatia, que pide ayuda para descifrar antiguos símbolos. Siguiendo huellas de bisonte, los niños llegan hasta la cueva, donde les esperan pinturas, secretos ocultos y dos neandertales que les conectan con el pasado y con el importante papel de la mujer en la historia.
Cada grupo descubre un símbolo secreto, utilizando una sorprendente técnica experimental que despierta la curiosidad y el asombro. Así comprenden que, en la Prehistoria, los dibujos eran una forma de comunicación y que cada imagen contaba una historia.
Finalmente, los alumnos dejan su propia huella reproduciendo el símbolo descubierto en la cueva, convirtiéndose en auténticos artistas prehistóricos. De este modo, el aprendizaje se vive como una aventura emocionante, significativa y llena de magia, donde conocer la historia es descubrir, experimentar y crear.



















